Joder, me tenías. Me tienes.
Quiero ser su pelo ligeramente alborotado, quiero ser el alma de la aventurada que se acostó con aquel jovencísimo y virgen chico, su primer cigarrillo, cada nota de rock que le emocione, el último de los tacos que suelte en una discusión acalorada, cada calada de las drogas que condicionaron su pasado, algún amargo trago de ron.
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