A veces pienso que me gusta hacerme daño a mi misma, que estoy enferma. Con lo fácil que es olvidar, sobrescribir, empezar de 0...Estoy demasiado anclada al pasado, cada vez que intento subir a la superficie, el pasado me hunde más y más, y como me gusta hacerme daño, contribuyo para tocar fondo y encallar para asegurarme de no levantar jamás.
Hoy he vuelto a hacerlo.
Y es que daría lo que fuera para volver a esos días, en los que cualquier tontería bastaba para reír durante horas sin parar, días en los que no importaba nada más que nosotros, que las mejores tardes las pasábamos solos, cuando los minutos se hacían horas, y deseaba que el momento de irse no llegara nunca. Daría lo que fuera, todo a cambio de un segundo juntos, pero como antes. Ya no sé que hacer para arreglar las cosas, ya no sé por donde empezar a arreglar todo lo que va mal, porque no sé que es lo que va mal.
Recordar día a día se hace rutina, la nostalgia parece haber venido para quedarse. La impotencia cada vez se hace más mi amiga y la soledad es un sentimiento que parece no pasarse nunca.
Sé que es imposible disfrutar de las cosas sin tocar fondo de vez en cuando, pero llevo tocándolo desde hace demasiado tiempo.
Y estoy demasiado cansada como para seguir así.






